lunes, 12 de noviembre de 2012

Ricardo Raphael busca descubrir la identidad de El otro México


 
“Llegó el momento de tomar la responsabilidad, llegó la hora de construir un espacio de convivencia pacífica”: Ricardo Raphael.


“Son historias que me impresionaron, testimonios de una zona del país, el norte, de la que me quedé terriblemente enamorado”, dijo Ricardo Raphael sobre su libro, El otro México, presentado en la décimo primera edición de la Feria del de Libro Los Mochis.

            Un viaje hacia el país de las historias extraordinarias, eso es El otro México, libro de historias extraordinarias y fascinantes comentó Ulises Sandoval durante su intervención como presentador del libro. Asimismo, agregó: “Es y será una referencia obligada, pieza ideal para ser recomendado a los lectores inteligentes, a los que exigen calidad”.


            Ricardo Raphael cautivó a los asistentes a la presentación con las anécdotas que vivió durante el viaje por el norte del país que fue necesario hacer, durante cuatro meses,  en 2008 para la escritura del libro.

            El otro México nace a que quería saber qué es lo que se estaba moviendo en las entrañas de esa parte del país, a propósito del bicentenario de la Independencia y del centenario de la revolución, explicó el autor.

“La historia con la que me topé aquí, en Los Mochis, me pareció fascinante, me atrapó y se llevó dos capítulos, de los 16 que tiene el libro”, dijo Ricardo Raphael refiriéndose a la historia de Alberto K. Owen, quien se propuso unir Nueva York y la bahía de Ohuira mediante una vía de tren. Y puntualizó diciendo: “Un viejo amor ni se olvida ni se deja y esa es mi relación con Los Mochis”.
 
 
           Durante las anécdotas aparecieron personajes fascinantes como Teresa Urrea, Eraclio Bernal Zazueta, Ignacio Parra, Doroteo Arango, el indio Bachomo, entre otros. El autor destacó que encontró bastantes casos de personas olvidadas por el gobierno que en un momento decidieron tomar su destino en sus manos, las cuales resultan historias terribles y la mayoría inspiradoras.

Al adentrarse en el tema social señaló que la gran crisis del estado mexicano se debe a su incapacidad para darse cuenta de que cada joven muerto y encarcelado es un joven falto de educación y oportunidad.

Para finalizar, advirtió que no debemos esperar la solución por parte del estado, sino que es precisamente esta generación joven es la que tiene la oportunidad y decisión de reinventar a México, de propiciar la siguiente etapa civilizatoria, pues esta misión es cuestión de corresponsabilidad y preparación académica.

 

 

 

 

 

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