La escritora mazatleca presenta una
gran historia concentrada en pocas páginas
Muchas mujeres, un hombre, el placer de compartirlo, una isla, tentaciones, y
el diablo con asesores son algunos de los elementos de Ataque a la Piedad, novela de Aleyda Rojo, quien se presentó de
manera amena y llena de energía, en la décimo primera Feria del Libro de Los
Mochis.
La escritora pone de cabeza el sueño masculino por excelencia: un macho
para todas las hembras. “Yo voy en una búsqueda de un personaje que se quede,
no de una historia, porque las grandes obras que se quedan para siempre en la
memoria, lo logran por el personaje”,
dijo Aleyda Rojo, y explicó que su
novela está llena de homenajes a la lírica griega, en especial a
Petronio, Homero y los personajes del Satiricón.
La narradora expuso que como buena escritora latinoamericana ella es de
aliento corto, y afirmó: “Una historia concentrada puede ser una vitamina
literaria”, además declaró que la extensión no dice nada tratándose de libros,
pero tratándose de otras cosas el panorama cambia.
En una tarde donde la personalidad de la escritora se robó la atención
de los asistentes. Confesó desear nexos emocionales con el personaje a quien se
le atribuyen las dos obras más importantes de la literatura épica: Homero;
aunque éste no exista.
Aleyda aderezó la charla con humor, comentó su fascinación hacia el
estudio del poder, su agrado por las arpías, y considera importante la
presencia del humor en su obra, pues no está interesada en mantener a los
lectores en un estado de depresión y penumbra.
Además, ante los cuestionamientos sobre la estructura narrativa de su
obra, afirmó no molestarse por si se le llama novela o cuento, ya que su
intención es proponer un ambiente y permitir a cada quién elegir un elemento
que se relacione con él mismo: “El lector tiene el derecho de concebir la
historia como la leyó.
Aleyda Rojo fue ganadora del Premio Valladolid a las Letras por la
novela Defensa de lo prohibido,
además del Premio Estatal Cuento Cobaes por Tú,
el chino y mi marido y ha sido en dos ocasiones becaria del FOECA.
